viernes, 13 de noviembre de 2009

NARRACIONES HISTÓRICAS DE ANTOFAGASTA


Por casi cuarenta años soñó con su obra literaria. Como autodidacta estudió, consultó, investigó, clasificó información, siendo además, testigo presencial de muchos hechos. Apuntaba diariamente en pequeñas libretas todas sus dudas, lo que debía investigar y los pequeños y grandes sucesos que ocurrían en este puerto, con sus respectivas fechas. Se preocupó de registrar lo que parecía cotidiano y aparentemente sin mucha importancia, datos que después le serían de gran ayuda. Poseía la conciencia de un historiador nato con visión de futuro.
Su obra no está exenta de dificultades ya que para publicarla tuvo que luchar contra la crisis de la industria del salitre y en lo particular, él pasaba por una situación de desmedro económico bastante comprometida. No obstante a estas dificultades es perseverante en su decisión y tras vender una propiedad y algunos otros bienes, hace realidad su gran sueño y en octubre del año 1930 su obra Narraciones Históricas de Antofagasta, ve la luz.
Si bien la obra es reconocida como un gran aporte único a la historia y los orígenes de Antofagasta y la región, el éxito económico estuvo muy lejos de concretarse. Así las cosas, Arce con espíritu tesonero decide promocionar personalmente su obra y la ofrece de casa en casa. Por desgracia, un número importante de la edición se quema producto de un incendio. Las llamas destruyen también numerosa documentación para otra obra. Los primeros indicios de “Narraciones...” datan de más o menos 1904 sin descartar laposibilidad que comenzó mucho antes. Arce comienza a recopilar información; libretas, recortes de periódicos, apuntes, encuadernaciones, cuadernos, todo servía para atesorar la información. Pide, escribe a gente que ya no se encuentra en la región que le envíen datos, información, fotografías. De la mayoría nunca recibió respuesta. Don Fortunato Pinto, amigo boliviano de don Isaac es una de las personas que desde Bolivia le envía nutrida información y ya se habla en esas cartas escritas a tinta y con una hermosa caligrafía del sueño de don Isaac: “Veo que no pierde Ud. ni un momento en su trabajo para la historia de Antofagasta; quiere decir que Ud. hará un detalle de lo mejor en la vida de Antofagasta”. (Tapacarí a 14 de abril de 1919).
En el año 1915 y con la intención de continuar su investigación, solicita su traslado a La Paz, Bolivia, en donde se desempeña en le Sección Estadística de la Bolivia Railway Company. Esto le facilitó el acceso a la investigación sobre los orígenes de Antofagasta en la Biblioteca Nacional de La Paz, en donde pasó largas jornadas entre documentos, cartas, planos y libros investigando y recopilando datos y planos inéditos. La obra es una recopilación de más de 30 años. En este sentido hay que considerar que todo el trabajo fue realizado después del horario de oficina, prácticamente a la luz de las velas. Arce era una persona sistemática y ordenado, siempre estaba ocupado en algo de su interés, salía a explorar el desierto a caballo, descubría tumbas indígenas y en algún momento levantó un pequeño museo en plena pampa. Escribía y tomaba nota de todo, tenía una visión científica e histórica, todo le interesaba y estaba en un constante aprendizaje. La pasión por la historia era algo natural en él y fue un autodidacta que se formó con el rigor de su carácter y personalidad.A la primera edición de 1930 de “Narraciones...” se sumaron dos ediciones más. La financiada por el Fondo Nacional de Desarrollo Regional y la Ilustre Municipalidad de Antofagasta el año 1997 y la última que fue la realizada por la Corporación Proa Antofagasta el año 2004.Isaac Arce tuvo tres esposas: Beatriz Villanueva Vargas, Sara Trejo y Carolina Durandeau Prado. Actualmente le sobreviven sus hijas Elisa y Berta Arce Durandeau, residentes en Santiago.El historiador Isaac Arce falleció en Antofagasta el 2 de febrero de 1951 a la edad de 87 años, un mes después del fallecimiento de su última esposa, doña Carolina Durandeau Prado. Sus restos fueron velados en el salón de Honor de la Antigua Municipalidad, en el mismo lugar donde en alguna ocasión se reunió con los vecinos para leerles la historia de esta ciudad. Actualmente llevan el nombre de Isaac Arce la Biblioteca Municipal de Antofagasta, la plazoleta que se encuentra frente a ella, y un pequeño pasaje a pocas cuadras de la Plaza Colón.

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