martes, 17 de noviembre de 2009

ESCRIBIERON SOBRE ISAAC ARCE

DON ISAAC ARCE
Por Andrés Sabella Gálvez.

Seguramente, en el historial de Chile no se contaba con un colaborador más directo y veraz, personaje activo de sus mismas páginas, que don Isaac Arce, cuya muerte viene a romper una fecunda, larga y esforzada vida de armonía, en cuya médula resplandecía el amor por el terruño, el aquerenciamiento que se vuelve cotidiana caricia a la memoria de la tierra.
Don Isaac Arce, vivió de modo apasionado los capítulos que forjan esa espada centellante de verdad que es su obra “Narraciones Históricas de Antofagasta”, publicada durante 1930, en aquella resonante imprenta de don Walter T. Uriarte, verdadero templo de las batallas literarias de la ciudad del Chango López.
Llevado por las circunstancias a los trabajos salitreros, en instantes decisivos de su desarrollo, vive todo el alba magnífica de nuestra industria madre y la vive penetrado por un creciente afecto que le impulsa a mirar todo el panorama calichero, el páramo y sus hijos, con ojo de interés cabal: mira para no olvidar, guarda papeles que el tiempo honrará de tradiciones, interroga a los primeros héroes del trabajo pampino, y guarda y cultiva este acervo de existencia para la hora en que se tornará la parte esencial de su libro, fundamentalísimo en la historia fraccionada de la patria.
Las “Narraciones” del Sr. Arce poseen este mérito de autenticidad que ningún otro trabajo histórico nuestro podría exhibir: escribió los acontecimientos fundamentándose en su propia existencia; casi, diríamos, estuvo en la fundación del puerto; llegó a sus playas apenas era Antofagasta una señal, cálida ciudad que todavía tuteaba al minero Clavería en agradecimiento por haberle pintado el Ancla que, desde entonces resulta el emblema de nuestra patria pequeña y solar, encargo lleno de practicismo y simbolismo que recomendara don Jorge Hicks, en 1868, administrador de la Compañía de Salitres de Antofagasta, la del embargo boliviano que provocó la Guerra del Pacífico, y, en cierto modo, el primer prisionero de Chile en esta contienda.
Este hecho posibilitó al señor Arce el despertar de sus aficiones históricas. Desde entonces no sucedió nada que no le importase en la perspectiva de documentos para la historia de la zona capital de nuestro nitrato, base y cifra de la economía chilena desde 1879.
Asistió el 14 de febrero de ese año, a la toma del puerto por los 200 “rotos” que comandaba don Emilio Sotomayor, fotografió nuestra avanzada y, paso a paso, como soldado cronista, encerró en su guerrera el diagrama de esta región y el acontecer del conflicto. Cuando llegó la paz y la industria se vitalizó con nuestros empeños, el señor Arce se quitó el kepís y vistió la ropa del trabajo de las “oficinas” salitreras, prosiguiendo en su tarea de almacenar los detalles que constituirían el material de su pirámide documental, orgullo de una ciudad que, allí, tiene el retrato mayor y que ninguna ciudad chilena disputará en su exactitud. El señor Arce contó. No entró en eufemismos ni interpretaciones. Su labor fue humilde y grandiosa, de artesano y orfebre, de realidad.
Estas “Narraciones”, además de poseer la garantía de su calor veraz, de diario sin trucos ni componendas, proyectan un impulso de tierna chilenidad, de amor cordial por los que enaltecieron a la nación con su heroísmo creador.
Evocamos la estampa de don Isaac. Era de reducida estatura, marchaba, a pesar de sus años, con agilidad, y sus ojos parecían inquirir sin descanso. Los dioses le reservaron una como gala de fuego: de padrino del puerto que sonó en los mapas y en las latitudes con eufonía de El dorado Blanco. Los altares le llevaron a morir en el mes que Antofagasta se festeja. Será el luto que el 14 de febrero pondrá una lágrima profunda en los ojos de nuestra pampa.
Las últimas Noticias, sábado 10 de febrero de 1951.-
ISAAC ARCE: EL HISTORIADOR
Juan Floreal Recabarren Rojas.
Antes de salir de casa, don Isaac se miro al espejo. Quería lucir sencillo, pero al mismo tiempo, solemne. La verdad es que no era necesario que se lo propusiera: había en su figura un sello de respetabilidad, característica por la cual se le reconocía. Sin embargo, era un día especial, puesto que la Municipalidad lo distinguiría
Nombrándolo "Ciudadano Honorario" junto con don Maximiliano Poblete Cortes. Doble honor.
Don Isaac Arce Ramírez no solo era conocido y respetado por ser uno de los más antiguos vecinos de la ciudad, sino también por ser uno de los últimos cuatro veteranos que quedaban de la Guerra del Pacífico. Cuando comenzó el conflicto
(1 879) tenía 16 años y se enrolo en el Regimiento Antofagasta. Se le dio el grado de Cabo 1° de la Compañía de Cazadores.
Su larga trayectoria como funcionario de oficinas salitreras, le permitió ser conocido por altos funcionarios, trabajadores y comerciantes relacionados con esa actividad industrial.
Pero sin duda su obra más importante era su libro NARRACIONES HISTÓRICAS DE ANTOFAGASTA, que relata el desarrollo de la ciudad desde su poblamiento hasta los primeros años del siglo XX.
En cerca de quinientas páginas cuenta con minuciosidad los acontecimientos históricos más importantes y sobresalientes. Cada uno de ellos, objetivados por un documento iconográfico inédito. Son 155 fotografías que difícilmente habrían llegado a conocerse, si él no las hubiese coleccionado y publicado.
Su amor al desierto fue evidente, pero lo quería con un verdor de esperanza. Con la voluntad de un hombre que piensa que todo puede ser si existe la decisión de emprenderlo.
Don Isaac trajo semillas de pimiento desde Copiapó, las que cultivó y plantó en las oficinas que tuvo a su cargo. Por eso no sería raro que en algún lugar de la pampa, las ramas secas de un viejo árbol quedasen corno testigos de la presencia de un hombre excepcional.

UNIVERSIDAD DE LA VIDA

Don Isaac nació en Coquimbo el 3 de junio de 1863, en el hogar formado por Jerónimo Arce Olmos y Melchora del Carmen Ramírez Ríos. El matrimonio emigro a Valparaíso en busca de mejores perspectivas económicas, ciudad en la cual su padre ejerció como arquitecto.
En el puerto, Isaac aprendió sus primeras letras cuando tenía cuatro años. Desde allí saltaron a Antofagasta. Don Jerónimo fue contratado para armar unas casas y construir otras.

Era el año de 1872, tiempo en que Caracoles habría un horizonte de futuro. Podría asegurarse que la ciudad y don Isaac crecieron y se desarrollaron juntos.
Esas circunstancias las recuerda en el prologo de sus NARRACIONES: "relataremos -afirma- lo que nuestros recuerdos nos dicen desde que, allá en la niñez, pisamos por primera vez las playas de Antofagasta".
No bien se habían instalado en la ciudad cuando don Jerónimo enfermó gravemente, debiendo trasladarse a Valparaíso. Allá murió. El estudiante Isaac se vio obligado a trabajar. Tenía 13 años. Nunca más volvió a sentarse en una sala de clases:
un ilustre autodidacta.
Comenzó como junior del Almacén inglés del señor Santiago Imrie. Luego ingresó a la Compañía del Salitre y Ferrocarril en un cargo modesto, llegando -con el tiempo- a administrador de oficinas salitreras.
EPISODIOS DE LA VIDA REGIONAL

Todo lo observaba y lo retiene en la memoria, al mismo tiempo que se interesa por coleccionar antecedentes sobre la historia de la ciudad. Dos veces viudo y tres casado. Su última esposa, doña Carolina Durandeau Prado, murió poco antes que él. Don Isaac dejó de existir el 2 de febrero de 1951.
GRANDE - SERIO - UNICO

NARRACIONES HISTÓRICAS DE ANTOFAGASTA de Isaac Arce Ramírez, es la más completa investigación de la historia de la ciudad. Todos los sucesos del siglo XX están relatados en forma tan amena que la lectura resulta fácil y agradable. Además, lo escrito está ratificado por inéditos documentos iconográficos. Nadie podrá emprender investigaciones más especializadas, si antes no recurre a la obra de Arce, cosa que
ha sucedido con todos los estudios posteriores a las NARRACIONES. Isaac Arce tuvo conciencia de la grandeza de su trabajo, de forma que escribió: “(he) experimentado la satisfacción de haber contribuido con verdaderos elementos de investigación y comprobación a la obra, que otros, deberían Llevar a cabo“. Don Isaac no había realizado cursos de metodología para la investigación histórica, pero su obra la fue urdiendo con las directrices que su inteligencia le aconsejó, y lo hizo bien.
Serio y riguroso, como lo fue toda su vida, seleccionó todo lo que le parecía veraz, de tal manera que él omite referencias bibliográficas, pero el valor de la información no disminuye.
Las NARRACIONES son la única obra de su género que describe el pasado de la ciudad, por más de cincuenta años. Así lo entendieron Luis Silva Lezaeta y Aníbal Echeverría y
Reyes ambos miembros correspondientes de la Real Academia Española de la Lengua y así también lo dejaron consignado en el informe que entregaron al Alcalde Poblete, para que la Municipalidad financiara la publicación:”contiene muchas noticias... documentos inéditos... que sería imposible consultar en otra obra”.
Hoy es difícil encontrar un ejemplar de las Narraciones Históricas de Antofagasta, por eso, hablar de identidad regional, es solo una frase sin la presencia del libro de don
Isaac.
“Episodios de la Vida regional”. Editorial Universitaria. 2002.-

SR. RAÚL SMITH, ALCALDE DE ANTOFAGASTA.
…Gracias a su labor de hormiga, tesonera y constante, nadie ignorará en lo sucesivo cómo fue de intensa y esforzada la trayectoria que siguió este pueblo para llegar a ser lo que hoy es. Su “Historia de Antofagasta” producto de años y años de desvelos y de incansables búsquedas, es un documento de tan alto valor, que eternizará no solo el recuerdo respetuoso de su nombre, sino que también el de su ciudad. En sus páginas hay volcadas con rara generosidad, muchas horas restadas al descanso y muchas energías a su organismo. Está en ellas la biografía más completa que pudiera haberse hecho de una ciudad tan difícil como es esta, y en ella palpita también la vida de un hombre que pulsó cada uno de sus acontecimientos. Este hombre era don Isaac Arce.
Palabras de despedida en funerales del historiador. Febrero de 1951.-

MANUEL DURÁN DIAZ
…”Don Isaac Arce Ramírez, 88 años, veterano del 79 y presidente de la institución, ciudadano honorario y el único historiador que ha tenido Antofagasta, tales son los títulos que tenía este excepcional varón, que con una paciencia extraordinaria y minuciosa, con un tesón invariable, fue, a través de toda su vida, recopilando apuntes y antecedentes para dar a la publicidad una obra que diera a esta tierra su historia verdadera, su historia de sacrificios, de luchas y de heroísmo.
Tal es el libro que dio a la prensa el año 1930, bajo el título de Narraciones Históricas de Antofagasta” que mereció la aprobación de toda la prensa y de la ciudad entera”…
Manuel Durán Díaz, corresponsal.

EL MERCURIO DE ANTOFAGASTA
Durante 25 años y 3 meses prestó sus servicios a la Compañía de Salitres. Entró como ayudante de pulpería y llegó hasta Jefe de pulpería en Pampa Central. Después fue Administrador de Campamentos y, a su vez, Juez de Subdelegación y Subdelegado de varias localidades.
En 1906 fue designado miembro honorario de la Sociedad de Veteranos del 79, institución de la cual fue presidente hasta el día de su muerte.
Fue el restaurador del Ancla que existe en uno de los cerros de este puerto y que recuerda los primitivos tiempos de Antofagasta en que esa señal servía de guía o divisa a las naves que recalaban en la antigua y casi despoblada caleta.
También integró la Comisión que nombró el Cuerpo de Bomberos en noviembre de 1907 para intervenir la Loteía que este Cuerpo efectuó en el Teatro Nacional. Cuando fue Subdelegado de Quillagua, se celebró en ese pueblo por primera vez el 18 de Septiembre.
Domingo 4 de febrero de 1951.-

domingo, 15 de noviembre de 2009

ACTIVIDADES QUE DESARROLLÓ

PUESTOS Y ACTIVIDADES DESEMPEÑADAS AL SERVICIO DELA COMPAÑÍA

-Jefe de Almacén o Pulpería en Pampa Central.
- Jefe de Pulpería de la Oficina Domeyko.
- Jefe de Pulpería de las Oficinas María Teresa y Petronila (Aguas Blancas)
- Jefe de Pulpería del Ferrocarril Longitudinal en la sección Toco a Quillagua y Quillagua a

Pintados.
- Jefe de Campamento en Pampa Alta por segunda vez. (Kl. 150 del ferrocarril)
- Administrador Oficina Salitrera Salar del Carmen entre 1888 y 1889.
- Inspector Oficina Salar del Carmen en 1888.
- Cajero de la Oficina principal de la Cía. de Salitres en Antofagasta. 1890 y 1891.
- Administrador por segunda vez de la Oficina Salar del Carmen. 1892.
- Administrador de Pampa Central en dos períodos y durante varios años.
- Juez de Subdelegación de Pampa Central.
- Sub-delegado de Cierra Gorda.
- Sub-delegado de la Cuarta sub-delegación de Aguas Blancas.
- Sub-administrador e inspector de los trabajos durante el tiempo que fue Jefe de Pulpería en las - Administraciones de los Señores Diego Bruce y Juan Van – Buren.
- Inspector de Distrito
- Empleado de la Sección Estadística de la Bolivia Railway Company en la Paz.(1915 – 1920).

SOCIEDADES A LAS CUALES PERTENECIÓ

-Presidente Honorario de varias Sociedades Deportivas y Filarmónicas de la pampa salitrera

durante su permanencia como Administrador de Pampa Central.
- Presidente honorario y Fundador de la Sociedad de Ahorros “La Mutual Porvenir”, fundada en - Pampa Central el 6 de Julio de 1901, después Caja Nacional de Ahorros, en Antofagasta.
- Secretario de la Delegación del Comité Patriótico de Antofagasta en Pampa Central. 1898.
- Presidente honorario del Club Militar Eleuterio Ramírez, fundado durante las tensiones

diplomáticas con la Argentina.
- Fundador junto a otros de la Sociedad Protectora de Empleados.
- Fundador de la Sociedad Protectora de Empleados y de Instrucción Primaria de Antofagasta y

miembro de su primer Directorio. Perteneció a esta Sociedad hasta 1914 ó 1915.
- Socio voluntario y tesorero de la antigua Tercera Compañía de Bomberos, años 1890 – 1891.

(Esta Compañía fue disuelta y hoy bajo este número existe la Compañía actual)
- Miembro Pasivo de la 5.a Compañía de Bomberos.
- Socio de la Sociedad de Artesanos y Socorros Mutuos. En esta sociedad llegó a ser socio

jubilado.
- Miembro de la Sociedad de Artesanos.
- Creador del “Círculo de Amigos del Árbol”. (de poca existencia)
- Socio del Círculo de Periodistas y Artistas de la Ciudad. Formó parte de su directorio por varios

períodos.
- Miembro de la Sociedad de Empleados del Ferrocarril.
- Socio y Presidente durante los años 1915 y 1916 de la Sociedad Cruz Roja de Chile de

Antofagasta.
- Fundador de la Sociedad Unión de Propietarios de Bienes Raíces y miembro honorario de esta

institución.
- Miembro del Comité Patriótico para erigir un Mausoleo a los héroes del Abtao. Realiza

campaña por la prensa por espacio de dos años. 1898 -1899.
- Delegado del Club de Tiro al Blanco de Pampa Central en Pampa Alta.
- Miembro Honorario de la Sociedad de Veteranos de 1879, nombrado en 1906.
- Presidente en 1929 de la Sociedad Inválidos de la Guerra y Veteranos del 79 y reelegido por

varios períodos.
- Iniciador de la Campaña para la restauración del “Ancla” que existe en el cerro y que ahora

lleva su nombre.
- Organizador de varias sociedades pro-auxilio a damnificados por las inundaciones de Copiapó y

Vallenar en 1905 y para el terremoto de Valparaíso en 1906.
- Miembro de la comisión nombrada por la Honorable Junta de Beneficencia para llevar a cabo la

Lotería para reunir fondos para la construcción del nuevo Hospital del Salvador.
- Fue uno de los Padrinos de la colocación de la primera piedra del Hospital del Salvador de

Antofagasta.
- Socio del club de la Unión hasta el año 1907 cuando se retira de la Compañía de Salitres.
- Miembro de la Sociedad “Pro-Patria” en el Gobierno del Presidente Ibáñez.
- Miembro de la Comisión de Informaciones, Artes y Ciencias nombrado por el Comité Provincial

de Antofagasta para los preparativos, por parte de Chile, para participar en la Exposición de
Sevilla y después Miembro de la Comisión de Comercio. 1927.
- Edita en 1930 su obra “Narraciones Históricas de Antofagasta”, valiosa fuente de consulta

sobre el pasado de Antofagasta.
- Hace entrega, en ceremonia oficial en Municipalidad, de su valiosa obra al Vice-Presidente de

los Estados Unidos Señor Henry A. Wallace durante su visita a la ciudad, el 4 de abril de 1943.
- Es nombrado Ciudadano Honorario de Antofagasta, junto al ex Alcalde de Antofagasta don

Maximiliano Poblete Cortés, en reconocimiento a su labor en beneficio de esta ciudad el día 9
de marzo de 1946.
- Fallece en Antofagasta, el 2 de febrero de 1951.

La obra de Isaac Arce Ramírez fue reeditada en 1997. Es financiada por el FONDO NACIONAL DE DESARROLLO REGIONAL (F.N.D.R.) Y LA ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE ANTOFAGASTA (I.M.A.). Se editaron 2.000 ejemplares en
LAMA INDUSTRIAL S.A. ANTOFAGASTA. Tercera edición: año 2004. CORPORACIÓN PRO ANTOFAGASTA PROA. Impreso en EMELNOR IMPRESORES. 3.000 ejemplares.


(Las fuentes de información radican fundamentalmente en recortes de prensa, y escritos personales inéditos del historiador Isaac Arce y de propiedad de la familia Arce.)
LAS TRES EDICIONES DE LA OBRA

viernes, 13 de noviembre de 2009

NARRACIONES HISTÓRICAS DE ANTOFAGASTA


Por casi cuarenta años soñó con su obra literaria. Como autodidacta estudió, consultó, investigó, clasificó información, siendo además, testigo presencial de muchos hechos. Apuntaba diariamente en pequeñas libretas todas sus dudas, lo que debía investigar y los pequeños y grandes sucesos que ocurrían en este puerto, con sus respectivas fechas. Se preocupó de registrar lo que parecía cotidiano y aparentemente sin mucha importancia, datos que después le serían de gran ayuda. Poseía la conciencia de un historiador nato con visión de futuro.
Su obra no está exenta de dificultades ya que para publicarla tuvo que luchar contra la crisis de la industria del salitre y en lo particular, él pasaba por una situación de desmedro económico bastante comprometida. No obstante a estas dificultades es perseverante en su decisión y tras vender una propiedad y algunos otros bienes, hace realidad su gran sueño y en octubre del año 1930 su obra Narraciones Históricas de Antofagasta, ve la luz.
Si bien la obra es reconocida como un gran aporte único a la historia y los orígenes de Antofagasta y la región, el éxito económico estuvo muy lejos de concretarse. Así las cosas, Arce con espíritu tesonero decide promocionar personalmente su obra y la ofrece de casa en casa. Por desgracia, un número importante de la edición se quema producto de un incendio. Las llamas destruyen también numerosa documentación para otra obra. Los primeros indicios de “Narraciones...” datan de más o menos 1904 sin descartar laposibilidad que comenzó mucho antes. Arce comienza a recopilar información; libretas, recortes de periódicos, apuntes, encuadernaciones, cuadernos, todo servía para atesorar la información. Pide, escribe a gente que ya no se encuentra en la región que le envíen datos, información, fotografías. De la mayoría nunca recibió respuesta. Don Fortunato Pinto, amigo boliviano de don Isaac es una de las personas que desde Bolivia le envía nutrida información y ya se habla en esas cartas escritas a tinta y con una hermosa caligrafía del sueño de don Isaac: “Veo que no pierde Ud. ni un momento en su trabajo para la historia de Antofagasta; quiere decir que Ud. hará un detalle de lo mejor en la vida de Antofagasta”. (Tapacarí a 14 de abril de 1919).
En el año 1915 y con la intención de continuar su investigación, solicita su traslado a La Paz, Bolivia, en donde se desempeña en le Sección Estadística de la Bolivia Railway Company. Esto le facilitó el acceso a la investigación sobre los orígenes de Antofagasta en la Biblioteca Nacional de La Paz, en donde pasó largas jornadas entre documentos, cartas, planos y libros investigando y recopilando datos y planos inéditos. La obra es una recopilación de más de 30 años. En este sentido hay que considerar que todo el trabajo fue realizado después del horario de oficina, prácticamente a la luz de las velas. Arce era una persona sistemática y ordenado, siempre estaba ocupado en algo de su interés, salía a explorar el desierto a caballo, descubría tumbas indígenas y en algún momento levantó un pequeño museo en plena pampa. Escribía y tomaba nota de todo, tenía una visión científica e histórica, todo le interesaba y estaba en un constante aprendizaje. La pasión por la historia era algo natural en él y fue un autodidacta que se formó con el rigor de su carácter y personalidad.A la primera edición de 1930 de “Narraciones...” se sumaron dos ediciones más. La financiada por el Fondo Nacional de Desarrollo Regional y la Ilustre Municipalidad de Antofagasta el año 1997 y la última que fue la realizada por la Corporación Proa Antofagasta el año 2004.Isaac Arce tuvo tres esposas: Beatriz Villanueva Vargas, Sara Trejo y Carolina Durandeau Prado. Actualmente le sobreviven sus hijas Elisa y Berta Arce Durandeau, residentes en Santiago.El historiador Isaac Arce falleció en Antofagasta el 2 de febrero de 1951 a la edad de 87 años, un mes después del fallecimiento de su última esposa, doña Carolina Durandeau Prado. Sus restos fueron velados en el salón de Honor de la Antigua Municipalidad, en el mismo lugar donde en alguna ocasión se reunió con los vecinos para leerles la historia de esta ciudad. Actualmente llevan el nombre de Isaac Arce la Biblioteca Municipal de Antofagasta, la plazoleta que se encuentra frente a ella, y un pequeño pasaje a pocas cuadras de la Plaza Colón.

jueves, 12 de noviembre de 2009

DATOS BIOGRÁFICOS DE DON ISAAC ARCE.

Don Isaac Arce Ramírez nace en el puerto de Coquimbo, el tres de junio de 1863. Fueron sus padres den Jerónimo Arce Olmos y doña Carmen Ramírez Ríos.
Algún tiempo después de su nacimiento, la familia se traslada a Valparaíso, lugar de su antigua residencia.
A los cuatro años de edad asistió por primera vez a una escuela particular donde aprendió sus primeras letras, y a los cinco años ingresa a una escuela pública que había cerca del barrio donde vivía su familia en Valparaíso.
Corría el año 1872, para ser más exactos, fines de febrero, cuando su padre es contratado como arquitecto, por la firma Melbourne Clark y Cía. para armar en el puerto de Antofagasta unas casas desarmables, y construír otra. Escribe don Isaac que la posibilidad de viajar al norte del país despertó un gran entusiasmo en la familia por las nuevas expectativas de vida que se estaban creando con el descubrimiento y la elaboración del salitre. La familia estaba conformada por los padres y sus hijos Isabel, Deciderio, Isaac y el más pequeño llamado Leonardo.

En aquella época, y a la edad de nueve años, ingresa a una pequeña y única escuela particular que había en Antofagasta, cuyo nombre era "Liceo Boliviano - Chileno", administrado por el señor Cruz Casanova.
Por desgracia, a los pocos meses de haber llegado a Antofagasta, el padre de Isaac enferma gravemente lo que obliga su traslado a Valparaíso donde deja de existir al mes de haber llegado.
Este inesperado hecho, deja a la familia en una situación difícil, sin el único sostén familiar y muy escasa de recursos. Felizmente, en el corto plazo que don Jerónimo alcanzó a trabajar en este puerto, tuvo la precaución de adquirir una pequeña casa de las que había construido.
Para afrontar esta situación y animados por su madre, doña Carmen, los dos hermanos mayores de Isaac, Isabel y Deciderio, tuvieron que entrar a trabajar para ayudar a sostener a la familia. Don Isaac contaba con diez a once años. Posteriormente a la edad de trece años también comienza a trabajar esporádicamente para colaborar a la mantención del hogar.
El 14 de febrero de 1879, cuando las fuerzas de ocupación chilenas llegan al puerto de Antofagasta, Isaac Arce era un joven de 15 años. Se inscribe para incorporarse al Batallón Cívico N°1 Antofagasta, en formación, donde se le dio el grado de Cabo 2° de la Compañía de Cazadores. Refundido después con el Batallón N°2 y con el nombre de Regimiento Antofagasta, se le dio el grado de Cabo 1° de la Compañía de Cazadores.
A los 17 años de edad don Isaac Arce entra a trabajar como "chupe" ( el junior de hoy) en el Almacén Ingles del señor Santiago Imrie, ubicado en terrenos de la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta. en este puesto permanece por cerca de dos años.
En junio del año 1881, cuando contaba con 18 años de edad, entra a trabajar en la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta, como ayudante del Jefe de Almacén de la Oficina Salitrera Carmen Alto. Con esta fecha se ausenta por primera vez de su hogar.
Este es el primer puesto que ocupa en la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta y es el comienzo de una carrera de 25 años ininterrumpidos en dicha compañía, que años más tarde vendería su ferrocarril a la empresa Huanchaca de Bolivia pasando a llamarse Compañía de Salitres de Antofagasta.
eN 1882 se hace cargo de un "pequeño almacén" (después llamada pulpería) en Carmen Alto, mientras esta es trasladada a la nueva Oficina Pampa Central. Después la construcción de la vía quedó paralizada por algún tiempo lo que obligó a la fundación de un nuevo campamento en Punta de Rieles, (kilómetro 150 del ferrocarril a Bolivia). Arce fue designado jefe de este campamento, a cargo de tres empleados. Dice Arce: "en este campamento, además de las provisiones de uso corriente se vendía carne, el agua para sus pobladores y para las mulas, el pasto, la cebada, las guías, pólvora y herramientas para las minas de Sierra Gorda y demás minerales del interior".

miércoles, 11 de noviembre de 2009

ISAAC ARCE RAMÍTREZ, HISTORIADOR DE ANTOFAGASTA.

Página destinada a la difución de la vida y obra del historiador de antofagasta don Isaac Arce Ramírez.